LA FOTOGRAFIA COMO DOCUMENTO

"El engaño al que se ve sometido el ojo que examina una fotografía que muestra parte de una realidad social hace que la mayoría de las veces tal muestra se confunda con la vida misma que se enseña."

El valor de la fotografía. Antropología e imagen. Eva Martín Nieto

Quizás ahora más que nunca, que todo el mundo o gran parte tenemos acceso a una cámara fotográfica, es cuando más auge está teniendo la fotografía documental, desplazada de los términos clásicos y creando un nuevo lenguaje que nos sirve para comunicar, para educar, para acercarnos a la realidad, que no para sustituirla. Supongo que el ejemplo más básico es observar la fotografía de un ser querido que no puede competir con verle, oírle, tocarle...

De las corrientes filosóficas del siglo XIX heredó la disciplina nada más y nada menos que la descripción de ser "el espejo de la naturaleza", gracias entre otros a Daguerre cuyo invento era en efecto un espejo, como saben los que han visto alguno, y si no aquí. Aunque lo cierto es que atravesando el espejo somos capaces de contar mentiras muy sofisticadas, futuristas incluso, y ello mismo, como herramienta, es muy potente.

Londres convertido en Venecia
Robert Graves and Didier Madoc-Jones/London Futures

Imaginemos a ese ser querido de nuevo, en sus vacaciones colgado de una hamaca, o bien saliendo recién de la ducha perfumado. Como documentos nos llegan más las fotografías realizadas en un ámbito cerrado, cuando los dos agentes, sujeto y objeto, se complementan con la intimidad, al menos es mi parecer y creo que el de muchos fotógrafos que opinan que los mejores reportajes nacen de la calma, la cercanía y la perseverancia.